Terminamos ahora la jornada aprendida al
principio del año, en ella hemos dedicado nuestros esfuerzos a enriquecer el
caudal de nuestros conocimientos.
Cuando llegamos a las aulas al principio
del año, muchas cosas interesantes que ahora conocemos a la perfección, nos
eran desconocidas y las considerábamos muy difíciles, pero no por que ahora nos
parezcan fáciles debamos olvidarlas.
La ciencia es como un paisaje. Tiene muchos
detalles que la forman, los conocimientos por sencillos que sean, son parte de
un paisaje. Todos tienen el mismo valor por que son partes de un conjunto.
En el año que ha pasado habrá mucho que
hayan aprovechado los días y fueron constantes en sus estudios. Los que no
hayan aprovechado tanto no deben desanimarse sino redoblar sus esfuerzos por se
mejores, y que por otra parte no necesitan ser exagerados, basta con comenzar a
estudiar desde el principio para que las cosas se faciliten.
Las cosas de la
ciencia requieren constancia por que en si son muy sencillas para todos aunque
no todos quieren tomarse la molestia de adquirirlas
El que llega a las aulas debe considerarse
que es un soldado que forma parte de ese gran ejército que lucha por el
adelanto del mundo y la civilización. Así como un soldado recibe una consigna y
tiene el deber de cumplirla, el que llega a la escuela tiene la consigna de
estudiar y el deber sagrado de cumplirla.
Los padres que mandan a sus hijos a la
escuela, quieren dejarles una herencia que es la mas valiosa de todas…… la
herencia de la educación, de la cultura, de los conocimientos.
Otras herencias se acaban el dinero puede
perderse, puede acabarse, puede gastarse. Los conocimientos no se pierden ni se
acaban, ni se gastan.
Los padres que mandan a sus hijos a la
escuela hacen un sacrificio para proporcionarles lo que necesitan, tal vez
hasta se privan de muchas cosas para mantener sus estudios, los hijos no deben defraudar a sus padres. Deben
estudiar y aprovechar el tiempo como sus padres desean que lo aprovechen.
Los padres que mandan a sus hijos a la escuela
ponen en ellos una esperanza, tratan de asegurar su porvenir y tratan de
asegurar que sus hijos se distingan en sus estudios sus carreras, los hijos
deben de dar a los padres una gran satisfacción que redunde en provecho de ello
mismo.
Termina el años escolar, los estudiantes
han hacho un esfuerzo grande o pequeño. Habrán aprovechado poco o mucho.
Pero hay una persona que a través de todo el
año, siempre hace el mismo esfuerzo, siempre pone su buena voluntad para que
los alumnos aprovechen, esa persona es el maestro.
Para el todos los días han sido de trabajo,
para el las dificultades han sido las mismas todos los días su esfuerzo ha sido
constante y desde el principio del año ha tenido la esperanza de que todos los
alumnos aprovechen.
Debemos tener para el gran gratitud y en el
futuro debemos hacer que sus esfuerzos no sean en vano.
En el año se han reunido en el mismo techo
mucho estudiantes que venían persiguiendo un mismo fin. Estaban comprometidos
en la misma empresa, estaban obligados por el mismo deber. Unos han salido a
cumplir y otros desgraciadamente no.
Que los que han cumplido se vayan
satisfechos pero no orgullosos, y los que por desgracia no han cumplido, hagan
en su interior la promesa de cumplir mejor con su deber y que se propongan recobrar
el tiempo perdido y ocupar el tiempo futuro para que sean mejores soldados del
ejercito del bien que es el ejercito de la ciencia.
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