Buenas tardes a todos,
Hace exactamente un año, nuestro mundo cambió para siempre. El tiroteo en nuestra escuela nos dejó con el corazón roto y con el dolor de haber perdido a compañeros y amigos. También nos dejó con preguntas difíciles que todavía hoy siguen sin respuesta. ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Cómo podemos prevenir que algo así vuelva a suceder?
Hoy, en este primer aniversario del tiroteo, nos reunimos para recordar a los que se fueron y para honrar a aquellos que sobrevivieron. Para nosotros, esto es más que un simple aniversario. Es un momento para reflexionar sobre el pasado, para ser solidarios y apoyarnos mutuamente en el presente, y para mirar hacia el futuro con esperanza.
Todos aquí hoy hemos sido afectados de alguna manera por este evento. Para algunos, la pérdida ha sido personal, para otros ha sido una experiencia compartida con amigos y compañeros de clase. Sea cual sea nuestra historia, cada uno de nosotros tiene derecho a sentir el dolor, la tristeza y la ira que viene con un evento tan traumático. Pero también debemos recordar que somos fuertes y capaces de sanar juntos.
A lo largo del último año, muchos de nosotros hemos enfrentado desafíos y cambios en nuestras vidas. Hemos trabajado duro para adaptarnos a una nueva realidad y para encontrar maneras de seguir adelante. Y aunque esto no ha sido fácil, hemos encontrado la fuerza para avanzar y seguir luchando.
En momentos como estos, es fácil caer en la desesperación y la desesperanza. Pero también debemos recordar que hay cosas que podemos hacer para cambiar las cosas. Podemos trabajar para construir una comunidad más unida y apoyarnos mutuamente en momentos de necesidad. Podemos apoyar a las organizaciones que trabajan para prevenir la violencia y el acoso escolar, y promover un mundo más justo y seguro para todos.
También es importante recordar que cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la prevención de la violencia. Podemos escuchar a los demás y estar atentos a las señales de alerta, y trabajar para crear un ambiente de respeto y apoyo en nuestras escuelas y comunidades. Podemos hacer todo lo posible para asegurarnos de que los jóvenes tengan acceso a la ayuda y los recursos que necesitan para lidiar con el estrés y la ansiedad.
Hoy, mientras recordamos a aquellos que perdimos, también debemos celebrar la fuerza y la resiliencia de nuestra comunidad. Hemos pasado por un momento difícil, pero juntos hemos demostrado que podemos superar la adversidad y salir más fuertes del otro lado. Podemos seguir avanzando y trabajar juntos para crear un futuro más seguro y más brillante para todos.
En nombre de todos aquí hoy, quiero agradecer a aquellos que han trabajado incansablemente para apoyarnos y ayudarnos en el último año. A los trabajadores de emergencias, a los servicios de atención médica, a los consejeros y a los líderes comunitarios: les damos las gracias por su dedicación y compromiso. También quiero agradecer a los estudiantes y al personal de nuestra escuela por su resiliencia y fuerza en el último año.
En momentos como estos, el dolor y la tristeza pueden hacernos sentir solos y aislados. Pero es importante recordar que no estamos solos en esto. Todos hemos sido afectados de alguna manera por este evento, y todos estamos aquí hoy porque nos importa nuestra comunidad y queremos trabajar juntos para crear un futuro mejor.
En este primer aniversario del tiroteo escolar, quiero invitar a todos a que reflexionemos sobre lo que podemos hacer para marcar la diferencia. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la prevención de la violencia, y juntos podemos trabajar para construir una comunidad más segura y más fuerte.
Debemos seguir luchando por la justicia y por una sociedad que valore la vida y la dignidad humana por encima de todo. Debemos seguir abogando por el control de armas y por políticas públicas que protejan a nuestros estudiantes y a nuestras comunidades. Y debemos seguir trabajando juntos para crear un futuro mejor para todos.
En este primer aniversario del tiroteo escolar, recordamos a aquellos que perdimos y honramos a aquellos que sobrevivieron. Pero también debemos recordar que somos fuertes y capaces de sanar juntos. Podemos trabajar juntos para construir una comunidad más segura y más unida. Podemos luchar juntos por un futuro mejor. Y podemos hacerlo en memoria de aquellos que ya no están con nosotros.
Gracias a todos por estar aquí hoy y por su apoyo continuo. Juntos, podemos construir un futuro mejor para todos.
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