Un año más de vida, un paso más que conduce
a la realización de nuestros sueños, un año que pasamos rodeados de nuestros
seres más queridos, luchando por la
felicidad.
Hay un fenómeno que se observa en el
desierto, y que consiste en que los viajeros, ven por efecto del calor que hace
mover las capas de la atmósfera, una extensión cubierta de agua que en realidad
no existe, este fenómeno se llama espejismo.
La vida también tiene sus espejismos y
debemos evitar que ellos nos engañen.
La vida es bella y nos ofrece sus bienes,
pero debemos ver con los ojos de la razon en que consisten esos bienes, para no
errar el camino.
Feliz el que sabe conocer los verdaderos
bienes de la vida por que infeliz el que va tras de las engañosas quimeras, que
lo aran batallar y sufrir para alcanzarlas, y que después se desvanecerán
dejándolo rodeado del vacío.
Terminamos un año en que tal vez hemos
recibido muchas oportunidades y en el que tal vez hemos hecho todo lo que
debemos.
Tiempo es de pensar en aprovechar el
tiempo, en rectificar nuestros errores, en perseguir el bien que nos hará
verdaderamente felices.
Pensemos que para ir por el camino recto de
la felicidad, debemos poner nuestro pensamiento en esas cosas
verdaderamente dignas, que mejoren
nuestras vidas, las de nuestros seres queridos o la de nuestros semejantes.
Pensemos en que la felicidad más grande y
mas segura es la que nos da la conciencia tranquila.
Trabajemos con amor y cumplamos alegremente
con nuestro deber.
Llevemos para alumbrar nuestro camino las
antorchas del amor y la fe, y entonces no seremos engañados por el espejismo,
la vida se nos presentara tal como es, amable y buena y habremos dado un pasa
seguro hacia la felicidad.
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